ALBERTO OTEO
Desarrollo de Personas y Equipos
martes, 10 de marzo de 2015
El blog de Santi Garcia: La brecha se ensancha: hay que acelerar
El blog de Santi Garcia: La brecha se ensancha: hay que acelerar: Las fuerzas de cambio sobre las que venimos conversando en este blog desde sus inicios se intensifican y a las organizaciones les resulta...
viernes, 19 de julio de 2013
Nuevo servicio - Interim Management: de la Visión a la Acción
Qué es el
Interim Management?
El Interim
Management es un modelo de gestión empresarial poco difundido en nuestro medio que
representa una solución de valor para las empresas. En tiempos donde el cambio
es una constante, contar con un profesional con la experiencia y la capacidad para llevar adelante una
misión específica y en un determinado período en el tiempo, es una alternativa
que provee beneficios diferenciales ante otro tipo de soluciones.
El Interim
Manager, es un profesional con experiencia probada en niveles de dirección, que
cuenta además con la experiencia, capacidades y la flexibilidad para adaptarse
a los diferentes procesos de transformación que requiere la dirección de una
organización.
Para qué puede utilizarse el Interim Management?
Un Interim
Manager puede ser contratado para muy diversas actividades con un fin
específico y en un tiempo acotado y necesario para la obtención de resultados
predefinidos. Procesos de fusiones & adquisiciones, start up de áreas de su
expertise, redefinición de estrategias de negocios, cambios de la estructura
organizacional, o en empresas con equipos gerenciales reducidos que requieren
la dirección de un proyecto concreto, siendo estas solo algunas de las
situaciones en las que un Interim Manager genera una propuesta de valor para la
empresa.
Cuáles son los
beneficios de contar con un Interim Manager?
- Implementación inmediata: Son
profesionales con una marcada experiencia en el gerenciamiento de
proyectos en sus áreas de expertise. Esto hace que al momento de su
incorporación a la empresa, y con el propósito claro y un proceso de
trabajo definido, puedan orientarse rápidamente a la obtención de los
resultados esperados. No hay período de aprendizaje porque son directivos
senior.
- Objetividad y Compromiso:
No están condicionados por la cultura de la empresa lo que les da una
mirada objetiva y orientada a generar los cambios necesarios, y responder
por los resultados.
- Disponibilidad y foco: Un Interim Manager
trabajan bajo un régimen de contratación por servicios lo que facilita el
inicio, desarrollo y finalización en función de los objetivos acordados
para el propósito de su vinculación con la empresa. Además pueden
focalizarse a pleno en el proyecto definido, lo que no es posible de manera
efectiva con un directivo que forma parte de la organización.
- Transferencia de know how: El
Interim Manager se diferencia de la consultoría o asesoramiento
tradicional, ya que sus servicios
requieren un involucramiento activo en la implementación del proceso de
transformación objeto de su contratación trabajando junto al equipo de la
empresa dispuesto para tal fin, quedando en ésta todo el know how.
- Rentabilidad: La
contratación del Interim Manager por facturación elimina costos salariales
adicionales, lo que representa una ventaja significativa especialmente
cuando se requiere una capacidad de gerenciamiento con la que no es
posible contar internamente, como es el caso de empresas pequeñas y/o
medianas empresas.
Un concepto final:
Una empresa que contrata los servicios de un Interim Manager no persigue
cubrir una posición directiva temporariamente sino que busca resolver una
problemática puntual y estratégica para el desarrollo de su negocio.
martes, 14 de mayo de 2013
Algunas ideas para potenciar la atracción y fidelización del talento
Fuente: Octavio Ballesta
Dave Ulrich, reconocido experto en Gestión de Personas, describe en su libro Marca de Liderazgo los aspectos que más interesan a los profesionales, para decidir su ingreso a una empresa. Veamos:
- Posibilidades de desarrollo profesional (20%)
- El reconocido prestigio de una empresa líder en su sector (14%)
- Percepción positiva de una empresa innovadora y con futuro (13%)
- Garantía de permanencia en el puesto de trabajo (10%)
- Trabajo con excitantes retos (9%)
La fidelización de quienes deciden ofrecer su talento y aceptan comprometerse con la Misión, Visión, Valores y Objetivos estratégicos de una empresa, comienza con el ejemplo que aporta un liderazgo emocionalmente inteligente, cuyo estilo participativo, transformador e inspirador, instiga al aprendizaje acelerado; motiva a trabajar con plena dedicación, en pos de un objetivo significativo; anima a hacer un esfuerzo extra, cuando las circunstancias del entorno así lo demanden. Algunos atributos de este líder:
- Acompaña a sus colaboradores, apoyándolos en el desarrollo de sus talentos esenciales y distintivos.
- Asume cuando es necesario el rol de un coach para acelerar el proceso de transformación organizativa, con el apoyo de quienes ahora serán los genuinos agentes de cambio.
- Interviene como mentor, para instigar procesos de aprendizaje acelerado que faciliten la transferencia efectiva de conocimiento experto.
- Comparte su visión y su experiencia para potenciar la agilidad y flexibilidad de una organización, condicionada a afrontar las formidables demandas de transformación que sugiere un entorno de negocios muy volátil e incierto.
Mihaly Csikszentmihalyi, tras haber caracterizado los comportamientos de miles de individuos con las más disimiles profesiones al momento de experimentar estados de concentración superlativa, o estados de flujo (flow); describe en su libro Good Business el rol relevante que los líderes asumen cuando motivan a sus colaboradores a creer en un significativo sentido de propósito que motorice sus acciones, incentive sus deseos de aprender, y alimente su ambición por el logro de objetivos.
El desarrollo profesional considerando una perspectiva de largo plazo es un factor crucial de atracción y fidelización del talento que la organización necesita, en particular, en entornos de negocios, donde la efectiva gestión del conocimiento y el desarrollo de pautas de trabajo colaborativo para generar una cultura de innovación, determinarán la suerte y el destino de la empresa a largo plazo.
Desde la perspectiva del área de Gestión de Personas, las empresas líderes, aquellas donde cualquier profesional talentoso y ambicioso desea trabajar, aplican planes de formación profesional con enfoques basados en competencias, para promover el desarrollo a largo plazo de los talentos que hacen único a cada individuo, y son relevantes para concretar los objetivos operacionales y de negocios de la empresa.
- Bajo esta premisa, el área de Gestión de Personas, atrae al talento que la empresa necesita en función de las competencias relevantes para cubrir y desarrollar roles claves en la organización.
- Se preserva el talento clave, desarrollando planes de carrera, de acuerdo a las capacidades, intereses y competencias de profesionales motivados a creer en la visión de futuro, que les ofrecen los lideres de una empresa, consciente del valor de las personas.
- Se espera que un profesional talentoso decida comprometerse a la empresa, cuando se gestiona el bienestar del colaborador a través de muy atractivos programas de conciliación de la vida personal, con el desarrollo profesional.
- Se estimula una cultura emocionalmente positiva, que reconoce oportuna y generosamente, con una retribución competitiva, y excelentes motivadores intrínsecos, los resultados de un trabajo bien hecho.
Según Gary Hamel, la creación de valor sostenible en una empresa, es el resultado de un 35% de Pasión, 25% de Creatividad, 20% de Iniciativa, 15% de Intelecto, 5% de Diligencia y 0% de Obediencia.
martes, 7 de mayo de 2013
Cuando los equipos hacen suyo el cambio para generar una ventaja sostenible.
En las organizaciones
tradicionales, muy vigentes aún, con estructuras jerárquicas y rígidas, con
puestos claramente delimitados, sin dinámica de funcionamiento, y relaciones de
mando basados en el excesivo control; todo lo que pasa alrededor suele
minimizarse por una actitud hasta de cierta soberbia (“siempre lo hicimos así…para
que cambiar”), de quienes tienen la responsabilidad de conducirlas; o por un
exagerado foco sobre aspectos operativos, dejando de lado otras cuestiones
tanto o más relevantes.
Este es el típico
contexto donde encontramos organizaciones plagadas de “grupos de trabajo”, y no de “verdaderos
equipos”, que tienen foco fundamental en la obtención de resultados de corto
plazo, y buscan permanentemente adaptarse a cambios vertiginosos que no son
identificados proactiva y anticipadamente, poniendo así en riesgo la subsistencia de los negocios.
Esta visión tradicional, que
como decía al inicio, está muy vigente aún, amenaza seriamente la vida de la
empresa. Una empresa que solo busca adaptarse como puede a los cambios del
entorno de negocios, es muy difícil imaginarla creciendo y generando valor de
largo plazo para sus accionistas. Y no importa la dimensión ni el origen de la
empresa; todas están expuestas a este riesgo si no cambian esa visión. Es
entonces cuando se hace necesario un profundo proceso que logre conformar
equipos de trabajo comprometidos, altamente involucrados y alineados a las
metas del negocio, que cuenten con los recursos necesarios, y fundamentalmente estén
conducidos por un nuevo estilo de líder, capaz de crear contexto para la
creatividad y la innovación, que sepa adelantarse a los embates del entorno y
guiar al equipo al logro de resultados pensando en el largo plazo.
No son cosas nuevas las que
describo, ¿pero creen que las organizaciones (en general) están dando un viraje
genuino, sentido y en plena conciencia de que el cambio es necesario? O es solo
un lindo discurso o buenas intenciones que no se llegan a concretar?
Estamos preparados para salir
de la zona de confort en la que nos sostiene una organización tradicional?.
domingo, 28 de abril de 2013
El rol de Recursos Humanos en la empresa innovadora
Las empresas necesitan reinventarse permanentemente no solo para
crecer, sino también para subsistir en determinados contextos. Aquellas
empresas que no sean capaces de cambiar a partir de innovar su modelo de
negocios, sus procesos y potenciar la capacidad de su gente, está destinada al
estancamiento. No es posible imaginar una empresa innovadora que mantiene a
ultranza una estructura y procesos rígidos y acordes a necesidades que forman
parte del pasado.
Tampoco es de valor que la innovación se presente solo como un
proyecto puntual y aislado, apadrinado por un par de directivos. La innovación tiene
que formar parte de la cultura de la organización para que realmente genere
captura de valor.
Un elemento clave en el camino a una cultura de la innovación, o al
menos en una cultura que tenga a la innovación como parte esencial; es el rol que
cumple el área de Recursos Humanos, que debe ser bien diferente al de las empresas
tradicionales. Este rol debe ser fundamentalmente uno que permita activar,
modelar y gestionar procesos que logren fomentar la actitud y el desarrollo de
las competencias que generen las condiciones para una cultura de la innovación.
No servirá de mucho un modelo tradicional de Recursos Humanos que
tenga foco de gestión en procesos transaccionales y urgencias que lo alejen de una
gestión verdaderamente cercana a la estrategia de negocio. Algunas de los
puntos en los que Recursos Humanos debería focalizarse para su transformación,
son los que se describen a continuación.
ü Un modelo
coherente para la nueva función de RRHH es aquel que conforma en su estructura
a profesionales que asumen roles más o menos equivalentes de analistas que
entienden el negocio, de especialistas de RRHH y de consultores internos que
miran distintas funciones en la organización. Sería una buena decisión que las
funciones más administrativas y transaccionales se tercerizaran a empresas
especialistas en diferentes procesos creando así valor por eficiencia y hasta por
una posible reducción de costos. El propósito de esto es lograr orientar el
foco de gestión del área de RRHH a uno claramente más estratégico y de agregado de valor, debiendo por supuesto
incorporar y/o reforzar competencias y perfiles diferentes a las requeridas por
el modelo tradicional.
ü Cuando ese cambio
empieza a ser una realidad camino a una cultura de la innovación en la empresa, la gestión se transforma en una
que aplica consistentemente las mejores prácticas y tendencias para que la
organización cuente con gente comprometida, con un claro sentido de
identificación con la empresa, y que crea las condiciones para el crecimiento
personal y profesional de cada uno de los que forman parte de ella.
ü Para impulsar el camino
a la cultura de la innovación, RRHH tiene que liderar el proceso de creación de
ambientes de colaboración de trabajo de los diferentes equipos que conforman la
organización, fomentando un ambiente positivo y de alta conectividad entre las
personas, y aplicando también políticas de retribución y reconocimiento que
incentiven la innovación.
ü En este camino hacia
la cultura de la innovación, que insisto es el camino para el crecimiento y la
sustentabilidad, la formación de líderes con características diferenciales en
cuanto a sus habilidades de gestión del compromiso de sus equipos, de generación
de ambientes que privilegien la iniciativa de las personas y su desarrollo,
resulta factor clave para lograr empresas innovadoras, sumado a la imperiosa
necesidad de tener una clara visión de largo plazo alineada a la estrategia de
negocio.
ü Promover la
diversidad y el desarrollo de ambientes de aprendizaje, potenciar las
capacidades de las personas y crear espacios para compartir el conocimiento, son
los desafíos claves en el nuevo modelo de gestión de personas en organizaciones que necesitan sumarse a una cultura de innovación que le permita un
crecimiento sustentable, y ser capaz de adaptarse a los cambios que el entorno de negocios le
requiere.
Están preparados como equipos de Recursos Humanos a aceptar este
desafío?
jueves, 11 de abril de 2013
Nuevas tendencias y prácticas en la gestión de personas y las contradicciones que pueden generar en la función…..
Cada día
leo, escucho, converso acerca de los cambios en la gestión de personas, de las
últimas tendencias en la materia, del impacto de las redes sociales, la
tecnología, de los recursos humanos 2.0, los 3.0, etc, etc….
Pero a
pesar de todo lo que se lee y se escucha, recorriendo empresas, conversando con
colegas, indagando y observando, advierto que la función de RH sigue en general
atrapada en los paradigmas acerca de su agregado de valor o no al negocio, de
su contribución estratégica. Es más,
arriesgo a decir que en muchos casos hubo en la función hasta un retroceso.
Aclaro que no es mi intención ni generalizar, ni pensar que las nuevas
tendencias o la tecnología no impactan positivamente en la gestión, pero creo
que lo que está pasando es que ciertas “modas” o el “está bien hablar de estas
cosas porque si todos hablan de eso debe estar bueno”, están haciendo perder de
vista el valor de aspectos que no pueden
ser dejados de lado.
Hay cosas
que no reemplazan a otras, sino que contribuyen a mejorar lo existente, a
complementarlo. Para que se entienda con un ejemplo lo que quiero expresar:
todas las tendencias como los centros de
servicios compartidos, portales de RH que permiten realizar lo transaccional del
área, los centros de excelencia o especialidad que desarrollan políticas y
procesos, las redes sociales internas o externas a las organizaciones, y muchas
tendencias más, facilitan y mucho la gestión pero no reemplazan en absoluto un
rol fundamental de cualquier profesional de RH, que es estar en contacto cara a
cara con las personas, escucharlas, comprender lo que les pasa y poder con ello tener la sensibilidad real y cercana del clima laboral por el hecho de caminar las oficinas,
de caminar las plantas industriales, los campos petroleros o todo ámbito donde
haya personas de la empresa.
Y es acá
donde veo estancada la función. Veo en general que lo nuevo reemplaza en lugar
de complementar, e incluso muchas veces el aporte de valor de lo nuevo no es entendido a pleno e
igual se lleva adelante con resultados muy poco satisfactorios. Tengamos en
cuenta que en una organización conviven varias generaciones, y las estrategias
de capital humano deben contemplar esas diferencias. Para los más jóvenes la
tecnología lo es casi todo, incluso en materia de comunicación interna, tal vez
ni siquiera les importe tanto el “face to face”, pero un profesional de RH , independientemente de la generación a la que pertenezca, debe
darse cuenta que también gestiona para otras generaciones que necesitan otra
forma de comunicarse. Transité en mi carrera por muchas plantas industriales y oficinas corporativas y les puedo asegurar que al día de hoy hay mucha gente en
niveles operativos y no tanto, con muchos años de antigüedad, con distintos niveles
de educación, que siguen necesitando una conversación, que siguen necesitando
ver con sus propios ojos a la persona de RH a la cual le quieren plantear una
inquietud. Y cuidado que con esto no estoy diciendo que la gente de RH deba
asumir el indelegable rol de la supervisión o del liderazgo en general, pero
tampoco pueden eludir su propio rol.
Como
profesional del área que soy, y por lo que quiero esta profesión, realmente me
preocupa cuando voy a las empresas y veo esta confusión en muchos profesionales
de RH. Confusión que los lleva incluso a no poder definir bien su propia
demanda hacia un consultor, que no pueden expresar con fundamentos claros que
pasa en su organización o que piden soluciones de acuerdo a lo que se usa y no
en congruencia con lo que pasa y con lo que realmente se necesita. Está claro
de nuestro lado, el de los consultores, que a veces contribuímos a la confusión porque
también nos adherimos rápidamente a las tendencias que aparecen en el mercado,
a veces sin comprenderlas bien,
y a riesgo que no sea en muchos casos la forma de abordar una problemática.
Queda
planteada mi preocupación, pero también mi posición que claramente pasa por los
siguientes puntos:
- Bienvenida la tecnología, pero por favor no perdamos la riqueza en todo sentido que nos otorga conversar con las personas cara a cara. Y para eso hay que caminar las oficinas, las operaciones, en definitiva acercarse a la gente. Como me dijo hace un buen tiempo atrás un ejecutivo de una petrolera cuando ingresé a la empresa…”el hombre de RH debe embarrarse las botas en el campo…” y saben que?: tenía razón.
- Bienvenido todo lo nuevo, pero entendamos que la forma de abordar un problema no soluciona necesariamente a todas las problemáticas del mismo tipo. Cada organización es única por muchos aspectos que la diferencian una de otra; por lo tanto lo que resulta bueno para una no implica que sea bueno para otra a pesar de que el problema pueda “parecer” el mismo. No caigamos en fórmulas mágicas.
- Los profesionales de RH no se ganan la consideración de la dirección de la empresa por el nombre de su puesto (por ejemplo HR Business Partner), se lo ganan por su proactividad para entender el negocio, para entender que pasa en la organización, y saber adaptar soluciones en consecuencia con ello.
- En los equipos de RH de cualquier empresa hay mucha gente joven con todo lo positivo que esto representa; empuje, potencial, ganas de crecer, de aportar valor; pero hay una responsabilidad enorme en quienes conducen esos equipos y cuentan con más experiencia, en poder orientarlos claramente en estos conceptos relacionados en como se lleva adelante una gestión de real valor para la organización. Son estos líderes los que deben saber filtrar la a veces agobiante circulación de nuevas prácticas y tendencias, y saber discernir, clarificar y guiar a tomar aquello que realmente pueda ser una contribución de valor.
Soy un
apasionado y un convencido de lo que un área de RH puede contribuir a la
estrategia de una empresa, y por eso observo con cierto nivel de preocupación
algunas de las cosas que veía desde adentro de las organizaciones y las que veo
ahora desde este rol de consultor. Pero a su vez sigo teniendo un elevado nivel
de optimismo de que las cosas se pueden reorientar, que se puede retomar el
foco de nuestra función, que no es otra cosa más que ayudar a los líderes a hacer las cosas necesarias
para que las personas sean las protagonistas de llevar adelante la estrategia
de un negocio en forma comprometida y sustentable…ni más ni menos.
miércoles, 20 de marzo de 2013
Gerenciamiento externo para Pymes: Una alternativa para el cambio
Introducción
Es bien
conocido el aporte que las Pymes brindan a un país y en este caso en particular
al nuestro. Las Pymes son grandes
generadoras de fuentes de trabajo, y su realidad marca verdaderamente el
pulso de crecimiento o no del país. Muchas empresas pequeñas y medianas forman
parte del entramado productivo y de servicios de grandes empresas, y en algunos
casos hasta deben competir en desigualdad de condiciones con grandes compañías
presentes en el país y que actúan en los mismos mercados. Solo la “competitividad”, en toda su compleja
definición, es la que puede marcar las posibilidades ciertas de subsistencia
primero y luego de crecimiento. Generalmente se menciona como principal factor
de la competitividad, el ser eficiente en costos, pero no es solo eso, y en
todo caso llegar a ser eficiente en costos conlleva muchas más acciones que la simple
reducción de los mismos, las más de las veces sin un criterio bien definido.
Con este
panorama, las Pymes deben trabajar necesariamente en varios frentes para
transformarse en verdaderamente competitivas, entendiendo que son muchos y
variados los aspectos que hay que abordar integralmente para lograrlo.
Uno de esos
aspectos tiene que ver con la gestión de las personas, como uno de los pilares
fundamentales, ya que es muy claro que las personas hacen a las empresas porque
es a través de las personas que se obtienen los resultados.
Gestión de las personas en las pymes
Como se
mencionaba en la introducción, las personas trabajando con objetivos comunes
consiguen los resultados de las empresas. Lamentablemente es un aspecto que no
todos entienden de la misma manera, seguramente porque hay creencias de que la
gente solo ejecuta lo que los directivos marcan como lo más apropiado, y solo
de esa manera se consiguen los resultados. La experiencia práctica en todo el
mundo muestra que las empresas más exitosas tienen un punto en común, y es que
tienen gente que es capaz de poner en juego sus máximas capacidades, desde
cualquier nivel de la organización, en pos de obtener esos mejores resultados.
También hay otra creencia preponderante: que tener una gestión de capital
humano con prácticas bien establecidas y acordes a empresas con más recursos,
es de alto costo y que una pyme no puede hacerle frente. Nada más alejado de la
realidad.
Las pymes,
si se lo proponen, pueden tener buenas prácticas de mercado introduciendo
algunas alternativas, que sin representar costos de estructura importantes en
forma permanente, contribuirán a lograr una gestión más efectiva.
Gerenciamiento externo: una alternativa de
cambio
Lo más
relevante en el camino de una gestión competitiva de las personas, es la
creación de una plataforma y un modelo que permita una gestión sostenible en el tiempo. Es allí donde la
figura del gerenciamiento externo toma un papel fundamental.
Esta figura
tiene que ser la que a través de su experiencia probada en distintas
organizaciones, genere en conjunto con el equipo de dirección de la empresa y
quienes tienen la responsabilidad del área de la misma, esa plataforma de
gestión. La misma debe considerar la inclusión de los siguientes elementos:
ü Políticas claras en los diferentes
aspectos de gestión, maximizando de esta manera la objetividad.
ü Prácticas de capital humano
integradas a los procesos de negocios en materia de:
o
Fijación
y alineación de metas
o
Comunicación
en todos los niveles
o
Medición
de resultados
o
Reconocimiento
y compensaciones
o
Formación
y desarrollo
ü Un
modelo de liderazgo que permita potenciar las capacidades la gente
ü Prácticas de atracción y retención
acordes a las necesidades de contar con la mejor gente, dentro de mercados altamente competitivos.
Principales aportes:
ü Todos los elementos que conforman el
modelo y la plataforma de gestión, serían prácticamente imposibles de instalar
con las capacidades internas, ya que la operación del día a día no permite
invertir el tiempo necesario para el diagnóstico, diseño y puesta en marcha,
además que en general falta el expertise para hacerlo.
ü La visión externa permite ver aspectos
que desde “adentro” no se perciben como necesidad de cambio producto de la
cultura, de los usos y costumbres, y de otros factores.
ü La intervención es temporal, con una
carga más importante en la etapa de diagnóstico y diseño, que va luego
disminuyendo en la etapa de implementación y seguimiento. La intervención y su
duración es acordada con la dirección de manera acorde a las necesidades
planteadas.
ü Los costos asociados son
significativamente inferiores a lo que representaría contar internamente con una
estructura permanente con especialistas en procesos más blandos de capital
humano.
ü Flexibilidad para que en cualquier
momento, y ante necesidades concretas, se plantee una nueva intervención, ya
con el conocimiento de la organización, sus procesos y su cultura y utilizando
expertos según el tipo de problemática a abordar.
Conclusiones
El
gerenciamiento externo es una práctica que está dando excelentes resultados en
diversos lugares del mundo, no por ser un práctica necesariamente nueva, pero
si por una redefinición de la concepción del perfil de los profesionales que la
ejercen, y del aporte de valor que les dan a las organizaciones. En la
Argentina, esta figura es más conocida como un asesor, pero las diferencias con
lo propuesto en estas líneas va mucho
más allá de eso, ya que la misma es claramente la de un “gerente interino” que
se involucra fuertemente en los procesos de la empresa, desde su área de
experiencia (en esta caso la gestión de personas), comprometiéndose con los
resultados que se obtienen de su intervención.
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