miércoles, 20 de marzo de 2013

Gerenciamiento externo para Pymes: Una alternativa para el cambio



Introducción
Es bien conocido el aporte que las Pymes brindan a un país y en este caso en particular al nuestro. Las Pymes son grandes  generadoras de fuentes de trabajo, y su realidad marca verdaderamente el pulso de crecimiento o no del país. Muchas empresas pequeñas y medianas forman parte del entramado productivo y de servicios de grandes empresas, y en algunos casos hasta deben competir en desigualdad de condiciones con grandes compañías presentes en el país y que actúan en los mismos mercados.  Solo la “competitividad”, en toda su compleja definición, es la que puede marcar las posibilidades ciertas de subsistencia primero y luego de crecimiento.  Generalmente se menciona como principal factor de la competitividad, el ser eficiente en costos, pero no es solo eso, y en todo caso llegar a ser eficiente en costos conlleva muchas más acciones que la simple reducción de los mismos, las más de las veces sin un criterio bien definido.
Con este panorama, las Pymes deben trabajar necesariamente en varios frentes para transformarse en verdaderamente competitivas, entendiendo que son muchos y variados los aspectos que hay que abordar integralmente para lograrlo.
Uno de esos aspectos tiene que ver con la gestión de las personas, como uno de los pilares fundamentales, ya que es muy claro que las personas hacen a las empresas porque es a través de las personas que se obtienen los resultados.

Gestión de las personas en las pymes
Como se mencionaba en la introducción, las personas trabajando con objetivos comunes consiguen los resultados de las empresas. Lamentablemente es un aspecto que no todos entienden de la misma manera, seguramente porque hay creencias de que la gente solo ejecuta lo que los directivos marcan como lo más apropiado, y solo de esa manera se consiguen los resultados. La experiencia práctica en todo el mundo muestra que las empresas más exitosas tienen un punto en común, y es que tienen gente que es capaz de poner en juego sus máximas capacidades, desde cualquier nivel de la organización, en pos de obtener esos mejores resultados. También hay otra creencia preponderante: que tener una gestión de capital humano con prácticas bien establecidas y acordes a empresas con más recursos, es de alto costo y que una pyme no puede hacerle frente. Nada más alejado de la realidad.
Las pymes, si se lo proponen, pueden tener buenas prácticas de mercado introduciendo algunas alternativas, que sin representar costos de estructura importantes en forma permanente, contribuirán a lograr una gestión más efectiva.



Gerenciamiento externo: una alternativa de cambio
Lo más relevante en el camino de una gestión competitiva de las personas, es la creación de una plataforma y un modelo que permita una gestión  sostenible en el tiempo. Es allí donde la figura del gerenciamiento externo toma un papel fundamental.
Esta figura tiene que ser la que a través de su experiencia probada en distintas organizaciones, genere en conjunto con el equipo de dirección de la empresa y quienes tienen la responsabilidad del área de la misma, esa plataforma de gestión. La misma debe considerar la inclusión de los siguientes elementos:
ü  Políticas claras en los diferentes aspectos de gestión, maximizando de esta manera la objetividad.
ü  Prácticas de capital humano integradas a los procesos de negocios en materia de:
o   Fijación y alineación de metas
o   Comunicación en todos los niveles
o   Medición de resultados
o   Reconocimiento y compensaciones
o   Formación y desarrollo
ü  Un  modelo de liderazgo que permita potenciar las capacidades la gente
ü  Prácticas de atracción y retención acordes a las necesidades de contar con la mejor gente, dentro de  mercados altamente competitivos.
Principales aportes:
ü  Todos los elementos que conforman el modelo y la plataforma de gestión, serían prácticamente imposibles de instalar con las capacidades internas, ya que la operación del día a día no permite invertir el tiempo necesario para el diagnóstico, diseño y puesta en marcha, además que en general falta el expertise para hacerlo.
ü  La visión externa permite ver aspectos que desde “adentro” no se perciben como necesidad de cambio producto de la cultura, de los usos y costumbres, y de otros factores.
ü  La intervención es temporal, con una carga más importante en la etapa de diagnóstico y diseño, que va luego disminuyendo en la etapa de implementación y seguimiento. La intervención y su duración es acordada con la dirección de manera acorde a las necesidades planteadas.
ü  Los costos asociados son significativamente inferiores a lo que representaría contar internamente con una estructura permanente con especialistas en procesos más blandos de capital humano.
ü  Flexibilidad para que en cualquier momento, y ante necesidades concretas, se plantee una nueva intervención, ya con el conocimiento de la organización, sus procesos y su cultura y utilizando expertos según el tipo de problemática a abordar.


Conclusiones
El gerenciamiento externo es una práctica que está dando excelentes resultados en diversos lugares del mundo, no por ser un práctica necesariamente nueva, pero si por una redefinición de la concepción del perfil de los profesionales que la ejercen, y del aporte de valor que les dan a las organizaciones. En la Argentina, esta figura es más conocida como un asesor, pero las diferencias con lo propuesto en estas líneas  va mucho más allá de eso, ya que la misma es claramente la de un “gerente interino” que se involucra fuertemente en los procesos de la empresa, desde su área de experiencia (en esta caso la gestión de personas), comprometiéndose con los resultados que se obtienen de su intervención.

sábado, 16 de marzo de 2013

Desarrollo de Equipos: De la gestión del desempeño a la gestión del Compromiso


En todos estos años que transité en funciones de línea en las organizaciones formando parte de diferentes equipos de trabajo, las experiencias como participante en actividades enfocadas a fortalecer, alinear, integrar, y muchos nombres y conceptos más, fueron de las más diversas. Rescato cosas muy valiosas de todas, incluyendo diferentes metodologías y reconociendo resultados positivos en muchas de ellas; pero en general siempre tenían un común denominador: una visión solo enfocada a resultados de corto plazo. Las más de las veces las actividades partían de los desafíos del equipo, llevando a cabo un proceso que arrojara como resultado planes de acción para lograr alcanzar los resultados que esos desafíos planteaban. Desafíos que en general tenían que ver con objetivos a lo sumo de los próximos dos años. ¿Pero después cómo sigue este proceso? ¿Deberíamos volver a hacer actividades similares cada vez que el equipo se planteara desafíos para ver como afrontarlos? ¿Solo se pueden llegar a alcanzar los resultados incorporando o desarrollando habilidades o competencias?
Podría plantear innumerables preguntas al respecto, pero en mi visión las respuestas llevarían a concluir que estas actividades no llevan a una observación más integral del equipo. Aspectos como el propósito del equipo, la comprensión profunda de su aporte a la organización, el descubrimiento de la pasión por lo que hacen, la relación entre sus miembros y especialmente su “conectividad”, suelen ser tratados de una manera superficial, cuando sin dudas son esos aspectos los que pueden llevar a una verdadera transformación de un grupo de trabajo a un EQUIPO DE ALTO COMPROMISO.
Solo el COMPROMISO de un EQUIPO es lo que hace que los resultados superiores sean una constante en el tiempo. Esto impone un abordaje de trabajo que permita una transformación sustentable en el tiempo. Que logre obtener lo mejor de cada persona pero en pos de los objetivos comunes del equipo. La Gestión del Compromiso es la gran base de sustentabilidad que supera el concepto de desempeño tal como lo conocemos hoy.

Crisis de compromiso en las empresas?



Desde varios años atrás y trabajando dentro de las organizaciones, el deterioro del compromiso en las empresas ha sido notable en mi opinión. Muchos factores influyeron para que esto ocurra. Los permanentes cambios en los mercados que generan incertidumbres, la incorporación de nuevas generaciones con ideales distintos en cuanto a su relación con la empresa, el creciente poder sindical que limita la toma de decisiones, la visión de corto plazo que atenta con la mirada del desarrollo de las personas en el mediano y largo plazo, y podría nombrar muchas más. La gran mayoría de las soluciones propuestas terminan en programas de desarrollo de liderazgo para insisitir una y otra vez en tratar de brindar herramientas para liderar equipos, sin resultados sostenibles....porqué??. Tan simple y tan complejo de entender a la vez de que el problema no pasa por las habilidades, sino por aspectos mucho más profundos que requieren abordajes absolutamente distintos a los habituales. Y sin dudas que se puede, hay formas, pero no todos están dispuestos a reconocer el problema en su verdadera dimensión, y aceptar que hay otras formas de encarar la problemática. Soy optimista y un convencido que se puede lograr con la intervención adecuada.